Abro los ojos...

Abro los ojos y miro el reloj (7:30). ¿Dónde voy? Intento seguir durmiendo pero eso no se lo cree nadie. A darle vueltas al coco pensando en el concierto, la tarima...

A las 8:55 enciendo el móvil para levantarme y acto seguido suena, es Abdón.

Bajando para el Auditorio me encuentro a Méndez “Miguel, ¿dónde puede haber un cartel que no hemos puesto ninguno en la entrada?, por lo menos que haya uno." "¡Ah sí!, en el Mercantil hay uno, espera un segundo que voy a por él”. A todo esto iba como un manojo de nervios.

Tras afinar y probar un poco, nos salimos a la parte de atrás y para relajarme veo a la gente haciéndose las fotos, bebiendo agua, charlando.

Llamada general para entrar al escenario y me pongo el primero. Estando en chiqueros para salir preguntan por Joaquín, la entrevista de Canal9. Miro el reloj, las 12:27. No da tiempo a entrevistas, vamos a empezar tarde.

Tras la entrevista, al toro. Henry detrás de mí y le digo que salga el primero como Presidente, pero me dice que no, que tire yo. Subo al escenario, empiezan las palmas. Hasta la bandera. Me siento, preparo la partitura y no veo a nadie hasta por lo menos los cinco minutos de estar sentado que ya empiezo a distinguir a conocidos y menos conocidos.

Sube Rodri y Mª del Carmen y fue lo peor, estaba escuchando, pero que nadie pregunte cuando duró, serían unos minutos, pero me resultó eterno, con las manos sudadas, un gusanillo en el estómago que todavía me dura, pero al caer las manos, todo evolucionó.

Estamos tocando, por fin, escucho clarinetes, oboes, etc, y el clarinete bajo (que para ser un pito negro me ha encantado), todo en su sitio.

Fernando, ¿dónde está Fernando?, que he quedado con él que le dejaba mi móvil y llamaba a Pelijón cuando estuviéramos tocando Expiravit y lo oyera. Ya te veo, toma.


Tras el concierto, la gente sale despavorida hacia los vestuarios, abrazándose, algunos con lágrimas en los ojos, pero saludo a Fernandito y me siento, necesito respirar, un poco de oxígeno en el escenario, creo que algún músico se ha llevado el que me falta.

Una vez abajo, la gente empieza a felicitarme, mi prima Ana, Antonio Jesús y su hermano Manolo de Rus y me adentro para recoger la funda, todo eran sonrisas y lágrimas, pero todas de felicidad. A la mayor brevedad me escapo y pretendo guardar el pito, pero sale el Abuelo diciendo "a ti te quería yo ver" y nos fundimos en un abrazo que nunca olvidaré.

Otra vez falta de aire, a tumbarse en la primera fila de la grada unos minutos, hasta que van saliendo los músicos y diciendo "vamos a hacernos una foto todos juntos".

Entro al salón y empieza a sonar el teléfono, osú, D. Francisco de la Poza Rodríguez: “Me ha encantado, he salido a la terraza para poder escucharlo bien, no sabes la ilusión que me ha hecho poder escuchar la marcha de mi abuelo, dale las gracias a todos de mi parte, ha sonado de escándalo. Nos vemos en Semana Santa, y te repito, agradéceselo a todos”.

Como me suele ocurrir últimamente, me entretengo en veinte cosas y para sentarme a comer no queda un sitio, solo en la mesa de los juveniles (que a la mayoría doblaba en edad) quedaban unas sillas libres. Angelito me dice "nos apretamos y ponemos aquí una silla más". "Muchas gracias, pero me voy con la juventud", a lo que Martín cuando me ve dice que él también se viene conmigo. Tenemos frente a nosotros a Teresa, Miguelillo (que no pudo beber más Nestea porque no daba abasto el camarero), María José, etc. y a mi izquierda José Luis.

Tras la comida, al Central a seguir con la celebración, y de allí, como dice uno, a Casa Rafa Oxford. Me encuentro con Luis Carlos e Isa y tras una pequeña charla, comienza la primera puesta del video del concierto, luego una segunda, ya con el Sr. Director D. Joaquín, Carmona, Teresa, Mª José, Abdón y más gente que ya tendré que pensarlo. Tras esta reposición vimos otra vez la primera parte.

Empieza la gente a marcharse, y, voy a llamarlo J.A., sale y me dice, “tío que no se dónde he dejado mi coche, que no sé dónde lo he aparcado, espera que voy a mirar esta calle, espera que voy a la otra, que no se dónde está. Bueno, vamos al Central a tomar otra copa”.

Tras cerrar el Oxford, nos vamos al Central (que por cierto también cerramos) y de este al 11 del 11, donde, aunque no os lo creáis, también lo cerramos.

Eran las 3:10 y J.A. y yo nos disponíamos a buscar su coche. Pasamos por lo bajo de mi calle y dice, mira, mi coche...¿estás en condiciones de conducir? “yo sí” (ni él, ni yo). Hasta el miércoles.

Hoy miércoles, tras un lunes con dolor de estómago por los nervios, un martes con un poco menos de dolor, me pongo a leer por la mañana los escritos de Henry, Angelito y otro nudo en el estómago, he de salir a fumar, emocionado y después leer el de Lourdes (los ojos otra vez encharcados).

No me hagáis esto más, sino vais a terminar conmigo.


Miguel Guerrero Delgado
Saxo Tenor
Tódo para el blog